Harina 390 g
Leche 210 g (atención a la capacidad de absorción de la harina)
Azúcar 75 g
Mantequilla 75 g
Levadura fresca (dependiendo de la prisa) 9-12 g (3-4 g de levadura seca de panadería)
Sa 4,5 g
Cardamomo molido 1 cucharada de postre
Para el relleno (trabajado hasta hacer una crema)
Mantequilla 60
Azúcar moreno húmedo 60
Almendra molida 40 (opcional)
Cardamomo molido 1 cucharada de postre
Para decorar: huevo, azúcar perlado, azúcar blanco, cardamomo molido, almendra fileteada, al gusto
Se funde la mantequilla en leche caliente. Cuando esté a temperatura corporal se deslíe la levadura. Se incorporan 2/3 de la harina y se revuelve con una cuchara de madera grande durante unos 5 minutos, hasta que coja correa. Se incorpora el resto de la harina y se pasa a la mesa para amasarlo hasta que esté liso y brillante. Se deja fermentar hasta que casi doble el volumen. Se estira con el rodillo sobre una superficie espolvoreada con harina y se hace un cuadrado de masa de menos de medio centímetro de grosor. Se untan 2/3 con una fina capa de la crema de relleno. Se dobla la masa con una vuelta simple de hojaldre y se hacen tiras de masa transversales (por el lado más corto), tendrían que salir unas 12-15, incluso más si la masa es fina. Se dejan reposar 10 minutos y luego se anudan. Se deja fermentar hasta que doble en volumen, se pincela con huevo y azúcar perlado y se hornea a unos 220º durante 12-15 minutos.
Se puede hacer con la misma masa base de cardamomo el relleno típico de los bollos de canela, una de cuyas características es que la masa lleva cardamomo. Simplemente el relleno se hace con la mantequilla y el azúcar, pero poniendo 2 cucharadas de postre de canela